Mi nombre es Gobierno

Me llamo gobierno y encontré una fórmula mágica:

1. Hablo a la población de todas las carencias que hay. Hambre, Seguridad, Infraestructura, Pobres.

2. Decreto que hay una gran necesidad de recursos para atacar dichas carencias.

3. Consigo recursos económicos y endeudo al Municipio, Estado o País  por decenas de años y generaciones futuras.

4. Utilizo parte de los recursos para el gasto corriente (sueldos, bonos, prebendas). Otra parte la uso para partidas secretas y no comprobables. Parte me lo robo, parte me lo quedo, parte lo comparto con partidos políticos, personajes públicos y privados involucrados conmigo.

5. Parte del dinero lo uso para entregarlo al partido que me ayudó a llegar y en financiar campañas políticas.

6. Hago campaña, prometo que todo será mejor conmigo.

7. Gano las elecciones.

8. Elevo los impuestos para que la población pague la deuda que contraté y para tener un mejor perfil crediticio con los bancos y los organismos que financian a los gobiernos. Mis garantías de pago mejoran para ellos y obtengo mas recursos.

9. Hablo a la población de todas las carencias que hay. Hambre, Seguridad, Infraestructura………….

Mi negocio trata acerca de sembrar el miedo y dar esperanza. Lo único mas grande que el miedo es la esperanza. Así he logrado estar en el poder desde que fui inventado. Mi negocio se llama gobierno, mis socios son partidos políticos y empresarios de gran poder que fungen como alfiles para ayudarme a recaudar el tributo de la población y que comparten conmigo el fruto de mi negocio.

El gobierno es MI negocio. No lo comparto con la población. Lo comparto con mis socios. Peleo con quien quiere quitármelo.

El gobierno es mi NEGOCIO. Un negocio no es de todos, es de sus dueños. El negocio está hecho para dar utilidades a sus accionistas y propietarios ofreciendo productos y servicios a sus clientes, en este caso la población.

Mis clientes son cautivos, se llaman contribuyentes y son tanto los que están dados de alta en mi base de datos llamada Hacienda, como aquellos que sin estarlo pagan IVA, prediales, Impuesto a los combustibles, Impuestos al entrar y salir del país, impuestos en los aeropuertos y todos aquellos mas que se me lleguen a ocurrir. A diferencia de otros negocios las reglas las pongo yo. Mis clientes no tienen a donde ir y tocan al son que yo les marco. A cambio del precio que pagan yo les ofrezco los productos y servicios que YO decida. No los que ellos quieran o necesiten.

Hace años el precio a pagar no se llamaba impuesto, se llamaba tributo, porque eso era, un tributo a mi que me llamaban rey o emperador. Ahora le llamo impuesto porque es así, es impuesto a mis clientes cautivos.

Mi negocio seguirá porque es como la droga. Mientras haya clientes no hay guerra que se pueda ganar en contra de ella. Mis clientes/contribuyentes permanecen dormidos y me permiten imponerles reglas y normas que creo a mi conveniencia con LA ESPERANZA de que todo será mejor y con LA ESPERANZA de que por su bien actuar en mi favor lograrán la paz, el descanso y el cielo al morir. La Iglesia también es mi gran aliada en ayudar a sembrar esa esperanza que los mantenga adormecidos y produciendo para mi. Ella tiene otro gran negocio y yo le permito hacerlo. Ella es mi socia.

Jamás veré por la población. Veré por mí y por mi empresa, veré por mis empleados; Presidentes, Secretarios, Jueces, Senadores, Diputados, Gobernadores, Presidentes Municipales y todos aquellos que trabajen conmigo en cualquier dependencia, siempre y cuando cumplan con las normas. A los que no lo hagan los acusaré con mis propias leyes y los utilizaré como chivos expiatorios.

Contrataré soldados y policías que me ayuden a cobrar a quien se niegue. Que me ayuden a aplacar a mis clientes si deciden enfrentarme. Que me ayuden a sembrar el temor con el cuento de que han sido contratados para defender a mis clientes de cualquier amenaza que exista, aunque la mayor amenaza sea yo.

Veré también por mis socios, aquellos hombres de gran poder que comparten conmigo el negocio, a quienes les hago normas a la medida para garantizar su éxito, a quienes les doy opciones para que no me paguen, y quienes son proveedores directos de los productos y servicios que yo ofrezco a mis clientes.

Produciré directamente los artículos que considere me pueden dejar un gran beneficio, como lo son la electricidad, el petróleo. Los otros artículos los produciré por medio del outsourcing y compartiré la utilidad.

Este es mi negocio. Esta es la forma en la que siempre ha operado y siempre operará. Los años pasarán y mi negocio continuará, siempre que haya clientes que estén dispuestos a pagar por mis productos y servicios. Siempre que yo pueda mantener el miedo en mis clientes y darles la esperanza de un mejor futuro. Siempre que los convenza de que ellos no pueden, de que no son maduros y de que me necesitan.

Si algún cliente no está contento con el servicio, me daré cuenta de inmediato con mi capacidad tecnológica para observar sus acciones. Lejos de dejar ir a ese cliente lo someteré a mi voluntad por medio de las normas y leyes que inventé para que siga cautivo y me tema. Será un ejemplo de escarmiento para los demás, para evitar que mis clientes se vayan, para evitar que mi negocio se acabe.

Mi negocio, señores, es el mejor negocio del mundo y es un monopolio manejado por un consejo muy reducido, pero mi negocio funciona como una Sociedad Anónima. Si, anónima, por lo que las caras de mis accionistas mis clientes jamás las verán.

Mi negocio existirá mientras a mis clientes les siga dando flojera hacer lo que yo hago y meterse ellos a hacer el trabajo. Si muchos clientes se inconforman los aplacaré o si son mas haré pequeñas modificaciones para tenerles contentos y después volveré a la carga. Son cautivos.

Gracias a ti, cliente mío por haber llegado hasta este punto de la lectura. Nos vemos en tu siguiente visita al supermercado, a la gasolinera, o en tu siguiente quincena cuando antes de recibir cualquier dinero, primero me pagues el precio por tenerme, tu tributo, tu impuesto.

Te agradezco ser mi cliente. Te agradezco estar dormido, te agradezco alimentarme, te agradezco pensar que no puedes. Seguiremos existiendo tú y yo, aunque al final YO me lleve la mejor parte.

Saludos,

Tu Gobierno.

Twitter: @jorgecuesta

 

Acerca de jorgecuesta

Si puedo escribir, crear conciencia y sembrar una semilla que germine en la mente de mis lectores habré cumplido una de mis misiones en la vida... Twitter @jorgecuesta
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3 respuestas a Mi nombre es Gobierno

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  2. Es terriblemente lamentable que no podamos o no querramos quitarnos esa lacra de encima. ¿Habrá líderes capaces de dirigirnos adecuadamente para tirar al tirano? Ya ha sucedido en otros países; ¿porque no en nuestro amado México?

    • jorgecuesta dijo:

      Que tal Reynaldo. Creo que el principal problema es que todos decimos lo mismo. «Y ahora quien podrá ayudarnos?» (Como decía el chapulin colorado hace 40 años.). Mientras sigamos esperando a esos lideres y a ese alguien que haga el cambio nada sucederá. El cambio debemos hacerlo cada uno participando. Si eres comerciante, o colono, o industrial o empleado o artista participa en tu gremio activamente. Exige a tus lideres que actuen a tu favor. Participa en ONGs activamente aportando tiempo, ideas y si puedes dinero. De esa forma se dara el cambio. No esperes al salvador. El salvador eres tu. Mi esposa participa en Evolucion Mexicana. Ellos han logrado muchas cosas. Te recomiendo entres a su pagina para que veas el ejemplo de la gente comun que esta actuando y no esperando. Actua! Y veras que te sentiras mejor. Fuerte abrazo!

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